240

coloqué margaritas en mis oidos para dejar de oir tus risas

239

aprovechando el olvido de la belleza me acerqué a la memoria sin hacer ruido

238

amputé un trozo de mi carne y me lo serví, estaba sosísimo

237

dedicaré este fin de semana a jugar con tus miradas extrañas

236

ahogo tus ausencias silenciosas con una aspirina

235

voces arrepentidas bajo presión de confesión, niégame tres veces

234

arranqué mis alas y convoqué a mis heridas sin preguntas

233

se que estás ahí detrás